viernes, 17 de marzo de 2017

53.- Palabras de Francisco Díaz de Castro sobre "El horizonte" (Madrid, 2003).

El horizonte / Francisco Díaz de Castro

[El Mundo, El Cultural, Madrid, 24 de julio de 2003, pág. 12]

     A lo largo del ciclo que forman sus tres libros anteriores, El buzo incorregible (1988), El precio de los días (1991) y La nieve blanca (1995), José Carlos Rosales (Granada, 1952) ha ido construyendo su obra poética como un esfuerzo continuado de su personaje por alcanzar formas de lucidez sobre la inestabilidad de la conciencia y el desorden de la vida cotidiana, con sus discontinuidades, sus alteraciones, sus perspectivas engañosas.
     Sin insistencias anecdóticas, sin desarrollos narrativos amplios, sus poemas apuntan a extraer conocimiento de lo efímero y lo ilusorio que se desvanece, a consignar la crónica del desengaño, una crónica seca, fragmentaria, minimalista a veces, en la que entre paradojas y evidencias, sólo se salva la cierta voluntad de resistencia de su personaje. Tras ocho años de silencio el poeta parece iniciar con El horizonte una nueva etapa en la que ni el intimismo ni las coordenadas de su poética son distintas, pero en la que encontramos tonos y desarrollos nuevos, con una emoción menos refrenada, con un más amplio despliegue imaginativo de la reflexión sentimental, con una ironía que desemboca en abierto sarcasmo y con la reivindicación de ciertos valores ideológicos y biográficos apenas apuntados en los libros anteriores, precarias luces en el escenario desolado de una intimidad que sabe perdida de antemano cualquier nueva batalla contra el tiempo y la memoria. Así lo viene a mostrar la misma estructura cerrada del libro: “El lugar que las cosas desean” y “El lugar que las cosas encuentran”, partes primera y tercera, con tres poemas cada una, enmarcan en “Comercio interior”, la parte central, una nueva topografía de la conciencia que, entre los restos de una ambigua resistencia, desemboca en desierto y soledad: “Puede ser un desierto, / o el corazón tal vez”, se dice al concluir “Un paisaje”, el último poema del libro.
     […]


[El Mundo, El Cultural, Madrid, 24 de julio de 2003, pág. 12]


José Carlos Rosales y Francisco Díaz de Castro
(Granada, 1998)

No hay comentarios:

Publicar un comentario